Cuando Vanesa y Eduardo planearon su boda, no esperaban que acabaría siendo una celebración demasiado peculiar. Esta situación, nos ha pillado a todos desprevenidos. Esta boda tuvo muchos cambios de fecha, como casi todas las bodas de 2020 debido a la pandemia. Pero las ganas de casarse eran muchas y aunque no pudieron invitar a todos los amigos y familiares decidieron celebraron una boda en pandemia en pleno septiembre.
UNA BODA EN PANDEMIA
A la ceremonia a acudieron sus amigos más cercanos, que aunque no pudieron quedarse a la comida, si los acompañaron en la iglesia. Aprovechando que había buen tiempo, el momento entre la salida de la ceremonia e ir a hacer la sesión de pareja se alargó. Fue casi parecido al momento aperitivos (pero sin pinchos ni vino). Les dio tiempo a compartir risas, charla, brindaron, hubo fotos de grupo formales e informales. Prometieron celebrarlo de nuevo para cuando el COVID lo permitiera.
SESIÓN DE BODA
La sesión de pareja la hicimos cerquita de la Capilla de la Providencia. Había unas vistas espectaculares del litoral. Dimos un pequeño paseo, y el viento era un poco incómodo así que la sesión de pareja la decidimos acabar en el Club de Regatas , donde celebraban una comida íntima solo con padres y hermanos.
Este 2020 ha sido muy difícil para muchas parejas que tenían mucha ilusión por celebrar su boda con todos sus seres queridos. Aunque la mayoría han elegido posponerla, también ha habido parejas, como Vanesa y Eduardo que prefirieron celebrarla en la intimidad. Pero desde aquí queremos avisar a todos los amigos y familiares que no pudieron asistir: ¡habrá una segunda fiesta cuando la situación sanitaria lo permita!
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