En la preboda de Paula y Lolo nos pasamos toda una tarde por Gijón.
Primero nos acercamos hasta el Museo del ferrocarril. Un escenario que iba muy bien con su historia, pues habían estado separados por trabajo y tuvieron que viajar en tren para verse. Así que se me ocurrió reproducir ese reencuentro en la estación y fue muy divertido.
En la segunda parte de la sesión se unió su perrita Trufa. Tomamos una sidrina por la Cuesta del Cholo y nos acercamos al mar en pleno atardecer.
Me lo pasé fenomenal en la sesión. Paula y Lolo son estupendos, fue un gusto trabajar con ellos.